En la noche del 15 de noviembre de 2020 y en la madrugada del siguiente día, mientras hacíamos frente a la pandemia, tuvimos que afrontar una coyuntura adicional: por primera vez en la historia de nuestro país, un huracán de categoría 5 tocaba nuestro suelo insular, más exactamente el histórico e indivisible Archipiélago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y sus cayos. Con vientos de hasta 250 km/h, el huracán lota impactó principalmente a la isla de Providencia, dejando afectaciones en aproximadamente el 98% de su infraestructura.